domingo, 7 de noviembre de 2010

"¿Y por qué soy sospechoso mi poli?... por ser joven"

Como en otras entregas de este blog se ha mencionado, el peligro de sufrir algún tipo de violencia regularmente se tiende a atribuir a un determinado grupo o estereotipo construidos socialmente. La sensación de riesgo de ser asaltado, secuestrado o agredido de alguna manera no se presenta en los actores sociales como una forma de mostrar la subsistencia de instintos en los seres humanos, sino como la identificación construida de espacios, situaciones o actores que se suponen como probables agresores.

Podrá parecer egocéntrico pero en este caso resulta útil echar mano de la experiencia cotidiana que jóvenes como yo hemos vivido en la Ciudad de México. Como cualquier otro joven acostumbro salir a convivir con mis amigos en los momentos en los cuales tenemos tiempo libre, después de nuestras ocupaciones escolares o familiares, asistimos a bares, fiestas o reuniones en diferentes barrios y colonias de la ciudad, no vale la pena enumerarlas puesto que no se podrá localizar una constante significativa, frecuentamos una diversidad importante de lugares y personas.

En repetidas ocasiones hemos tenido el desagrado de tener que lidiar con las revisiones policiacas, injustificadas e ilegales por no comprender acciones enmarcadas en algún operativo o habernos encontrado in fraganti cometiendo algún ilícito. Según la palabras de un miembro de la policía, hemos sido detenidos en constantemente por el simple hecho de ser jóvenes a bordo de automóviles viejos o a pie. Los elementos de “seguridad” empleados por las autoridades gubernamentales definitivamente siguen órdenes de sus superiores, quizá la orden es la siguiente: si son hombres jóvenes, deténgalos y revísenlos, es mejor prevenir.

¿Cuáles son las razones por las cuales se supone que cualquier joven que camina por las calles de la ciudad es sospechoso de portar algún arma, drogas, o ser culpable de un delito? Si bien es cierto que el  índice de delincuencia juvenil (y otros relacionados con éste) se pueden observar en franca ascendencia en las últimas décadas, erróneo sería suponer que esta tendencia se puede revertir por medio de revisiones ilegales y arbitrarias por parte de las corporaciones policiacas.

El trabajo realizados por Héctor Castillo Berthier nos puede mostrar otros mecanismos acordes para el combate a la incorporación de los jóvenes en dinámicas de violencia, delitos, consumo de drogas o actividades similares



¿Nuestra gobierno local a aprendido algo de espacios como el Circo Volador? Definitivamente si, se ha aprendido algo, solamente eso, algo, no mucho y es obvio que es insuficiente. La formación de los FAROS (Fabricas de Artes y Oficios) es un ejemplo de los proyectos que ayudan a cortar de origen la situación de marginación y exclusión de la juventud capitalina pero se requiere paralelamente la trasformación de las dinámicas represivas y persecutorias de las policías de la ciudad, procurando dejar de contribuir a la localización del otro (el joven en este caso) como un elemento de riesgo del cual todos nos debemos cuidar.

A continuación, para finalizar, se muestra un cuadro comparativo entre la dinámica de la construcción del otro como un riesgo, basado en la lectura de Body-Gendrot, The Dangerous others: Changing Views on Urban Risks and Violence in France and the United States.
Estados Unidos
Francia
México
La pobreza es un elemento al que se le atribuye el germen de la violencia
La condición de migrante se relaciona directamente con la violencia. 
Ser joven y de clase popular se relaciona con el germen de la violencia
La pobreza resulta en la estigmatización de los habitantes de determinadas zonas que se observan como potencialmente violentos. Además se atribuye el problema de a las pandillas de jóvenes.
Se implementó una política de vivienda misma que fue orientada al sector migrante, imposibilitó la cohesión social, estigmatizó a los habitantes, criminalizó el espacio público.  El vandalismo se entiende como una respuesta a lo anterior
Las poblaciones de zonas marginadas se catalogan como las más violentas: Tlahuac, Tepito, Guerrero, Morelos, Iztapalapa, Santa fe, Santo Domingo, etc.
El hecho de ser migrante (de procedencia racial distinta) resulta también en la estigmatización, construyéndolos como amenazas para las clases medias
Ha implementado políticas de prevención social a causa del malestar que causan los migrantes. Asimilar a los migrantes es una forma de mitigar el problema.
Puede ser visto como producto del abandono de la intervención del Estado en la política de vivienda, mismo que ha provocado deterioro y desestructuración social.
No existe funcionario en el gabinete a cargo de una política criminal nacional
Si existe un encargado institucional para abordar el problema de la criminalidad
a)      La reestructuración de la policía buscando la profesionalización
b)      Implementación de políticas sociales destinadas a prevenir el ingreso a la actividad criminal
La violencia urbana se relaciona con el fracaso de cohesión social
A pesar de existir cierta fragmentación social no es tan fuerte debido a que la política es más rigurosa en el control de la violencia
La criminalidad no ha llegado a un nivel tan grave como en ciudades más pequeñas del país, no se atribuye a la condición racial, la migración desde otros países no ha influido en el incremento del problema.
 
Bibliografía:
  • Body-Gendrot, The Dangerous others: Changing Views on Urban Risks and Violence in France and the United States en Understandig the City: contemporary an future pesrpectives, 2008 (en linea)
  • ADOLEC, Estadísticas de adolecencia, documento electrónico: http://www.adolec.org.mx/indicadores/AdolescenciaEstadistica.pdf
  • Consejo de Población del Distrito Federal, documento electrónico: http://www.copo.df.gob.mx/eventos/especiales/dia_inter_juventud.html

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