sábado, 6 de noviembre de 2010

¿Nuevo Centro Histórico? ¿Para quién?


El pasado 23 de junio de 2010, el Jefe delegacional Agustín Torres, anunció que el gobierno a su cargo junto con el resto de integrantes del Fideicomiso Centro Histórico darán inicio a la remodelación de la Alameda Central, ubicada en el corazón de la Ciudad de México a escasas cuadras de la Plaza de la Constitución, el Palacio del Ayuntamiento y el Palacio Nacional, así como a un costado de los edificios recién construidos para los Tribunales de lo familiar, la Secretaría de Relaciones Exteriores y el hotel de gran turismo Sheraton Centro histórico.

Esta obra se localiza claramente en un largo proceso de gentrificación del Centro histórico de nuestra Ciudad de México, mismo que podríamos remontar su inicio a 15 años atrás, momento el cual se localizan los inicios de las obras de construcción/recuperación de diferentes espacios como aquellos terrenos en los que se edificaron grandes inmuebles que hoy son ofertados como lofts (departamentos residenciales de lujo) o como oficinas de instituciones tanto públicas como privadas.

Es importante recordar que el Centro histórico siempre se ha caracterizado por ser un espacio habitado por población de clase popular, trabajadores de todo tipo de industrias y servicios que en las calles centrales de la Ciudad ofrecen sus productos y actividades. Dicho espacio ha tenido en su interior población que no solamente trabaja ahí sino que vive en viejas vecindades o en las colonias y barrios circundantes como Tepito, Morelos, entre otras.

El Centro Histórico ya ha sido intervenido a profundidad, se han remodelado y transformado calles, aceras, alumbrado público, edificios antiguos, se han insertado comercios que antiguamente no se localizaban allí como tiendas de ropa de marca, tiendas de conveniencia, además de actividades lúdicas como museos nómadas, exposiciones, exhibiciones, y hasta una pista de hielo en diciembre.

El remozar la Alameda más antigua de nuestra Ciudad implica extender dicho proceso gentrificador hacia espacios que anteriormente se había dejado abandonados como “… la Plaza José Martí, el parque de San Fernando e incluso la iglesia de San Hipólito que cada mes genera un grave problema vial…” con el objetivo de “…evitar el lenocinio, la prostitución infantil, reubicar el ambulantaje, combatir la delincuencia e integrar a las personas en situación de calle a los programas sociales de la demarcación…”[1]

Anteriormente, mientras se mantenía en las mismas condiciones la Alameda, dicho espacio funcionaba como un delimitador físico que demarcaba con claridad la primera zona incorporada a la gentrificación de aquella que se prefería mantener alejada, es decir, la Colonia Guerrero y con ello la conexión a otros barrios y colonias populares del Distrito Federal.

Además de lo anteriormente mencionado podemos agregar la estructuración de un cuerpo policiaco especial para la zona del Centro Histórico, con base en los mismos argumentos esgrimidos por la autoridad delegacional, agrupación policiaca que incluso es ataviada con un uniforme exclusivo, tratando de dar una imagen distinta y más acorde a una zona que se encuentra en pleno proceso de transformación física y repoblación de clase.

Considero importante señalar que todas las transformaciones emprendidas por parte del gobierno local nos ayudan a enlistar preguntas que poco a poco podremos resolver, dejando que dicho proceso se asiente con el paso del tiempo: ¿Ha tenido éxito la clara pretensión de desplazar a los anteriores habitantes y atraer a los nuevos? ¿Por qué? Si se considera que es prioridad ¿Cómo se deberían implementar las recuperaciones de los espacios públicos? ¿Qué objetivos deben perseguir? ¿Qué dificultades podrán encontrar en su camino?

La formación intencional de espacios exclusivos o preferentes para determinada clase social pueden provocar solamente la estigmatización de los otros e incluso una peligrosa polarización social. Quizá sería preferible incorporar a los actores involucrados en la trasformación de dichos espacios, tratando de democratizar de las forma de vivir en sociedad mediante la persecución del consenso en cuestiones que así lo permitan.
 
Bibliografía:
  • Caldeira T., "Fortified Enclaves. The New Urban Segregation", documento electrónico: http://publicculture.dukejournals.org/cgi/pdf_extract/8/2/303
  • Noticias de la Delegación Cuauhtemoc, documento electrónico: http://189.210.174.83/administrator/comunicados.php?pg=13
  • Noticias del Foro Mexicano de la Cultura, documento electrónico: http://www.foromexicanodelacultura.org/taxonomy/term/688

[1] En palabras del Jefe Delegacional, Agustín Torres.

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