martes, 9 de noviembre de 2010

Plantas en la ciudad


Los trabajos impulsados por la municipalidad de Rosario en Argentina muestran la orientación de todo un aparato gubernamental, la producción, venta y distribución de insumos como las leguminosas y otros productos extraídos del trabajo de la tierra por parte de los mismos pobladores de las zonas urbanas implican un posicionamiento particular por parte de las autoridades estatales. Incorporar a la agricultura urbana a gran escala a 10 mil familias desocupadas (según el planteamiento del programa) supone la construcción de una fuerza competidora para las grandes empresas agrícolas rurales así como para el resto de intermediarios de dicha cadena productiva.

En nuestra Ciudad de México, la delegación Iztapalapa ha impulsado la posibilidad de que las familias tengan en sus hogares algunas plantas de chile, acelga y jitomate, en una primera etapa y de calabaza, cilantro y rábano en una segunda. La gran diferencia que existe entre los dos proyectos es que el primero está orientado a la incorporación de familias en una cadena productiva completa, mientras que el segundo solamente invita a que los habitantes de Iztapalapa tengan plantas que produzcan insumos cotidianos del hogar, situación que quizá ya sucedía, agregando capacitación adecuada para cuidar y cultivar.

¿Es despreciable la iniciativa del gobierno delegacional de Iztapalapa? Por supuesto que no, muy por el contrario, ayudar a la creación de un hábito de autoconsumo es muy importante pero quizá deja de lado la cuestión del consumo en sí. Sería todavía mejor ayudar a concientizar a la población con respecto a los nocivos efectos del consumo de todo tipo de productos que a su vez se traducen en increíbles cantidades de basura que tarde cientos de años en descomponerse. Además la iniciativa de las autoridades delegaciones de Iztapalapa no toca la situación monopólica y de intermediación perversa que persiste en nuestra economía.

Proyectos como el del Colectivo Hierbabuena Urbana, muestran una orientación completamente distinta, no solamente se trata de producir a pequeña o mediana escala, sino de coadyuvar a la creación de una conciencia ambiental y de producción para el autoconsumo. La capacitación que dicho Colectivo facilita es en realidad muy diversa, abarca amplios grados de complejidad y en entrevista con los miembros de la organización pudimos percatarnos de ello.




 






La agricultura urbana tiene, desde mi perspectiva, diferentes bondades, primero, ayuda a la reocupación y rehabilitación de espacios con potencialidad productiva que anteriormente se encontraba “muertos”; segundo, puede aprovechar la antigua costumbre de tener plantas en casa dando un espacio de recreación, concientización y ocupación productiva.

Bibliografía:
  • Programa de Agricultura Urbana, Rosario, Argentina. Fuente electrónica: http://www.rosario.gov.ar/sitio/noticias/buscar.do?accion=verNoticia&id=13888
  • Diario Crónica, 24/04/10, versión electrónica: http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=502470
  • Colectivo Hierbabuena Urbana, fuente electrónica: http://www.facebook.com/#!/pages/Hierbabuena-Urbana/132092911356 

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