miércoles, 15 de septiembre de 2010

Una solución al problema de la vivienda capitalina


El problema de la habitabilidad en nuestra ciudad resulta apremiante, millones de personas cotidianamente se ven obligadas a convivir en espacios habitacionales que no necesariamente tienen las condiciones mínimas para vivir dignamente. ¿A qué nos referimos? Equipamiento urbano, servicios indispensables como agua potable, energía eléctrica y drenaje suficiente, lugares destinados a la recreación y la convivencia en comunidad, entre otros.

La participación de los especialistas en el diseño y construcción de la vivienda resulta apremiante, no solamente como desarrolladores de macroproyectos habitacionales que replican una y otra vez microcasas destinadas a ser dormitorios inanimados, “sin alma”, misma que es proporcionada por el convivir cotidiano de los habitantes. Arquitectos y urbanistas deben incorporarse al entendimiento de las dinámicas sociales que dan vida a los espacios proyectados, resulta una responsabilidad principal de dichos profesionistas pues el entorno social, político y económico lo exige.

Los espacios destinados a la habitabilidad humana deben estar pensados para posibilitar la satisfacción de necesidades no solamente materiales sino sociales, es decir, coadyuvar en las actividades principales que los grupos humanos regularmente realizan: conocimiento cotidiano de los vecinos, recreación de miembros de todas las edades, espacios destinados a la expresión cultural y política, etc. El diseño realizado, por ejemplo, en la Unidad habitacional Independencia representan la conciencia del profesionista a cerca de las necesidades de los que pronto harían propio aquel espacio que hoy está por cumplir 50 años de haber sido concluida. Dicha Unidad cuenta con áreas verdes que provocan la sana convivencia entre los habitantes y la naturaleza, espacios abiertos, zonas de juegos infantiles, senderos, etc. A pesar de ello, conjuntos habitacionales como este se ven exigidos por la nueva realidad urbana: inseguridad, aumento desmedido del parque vehicular, transformación de la población que ahí habita, escasez de agua, etc. 

Los retos que presenta una ciudad como la nuestra son muchos, el proyecto de Arquitectos de barrio aplicado en el Pueblo de la Magdalena Mixhuca es una buena posibilidad para rehabilitar las zonas habitacionales de nuestra ciudad que requieren de la participación de diferentes actores para “regresar a la vida”. Seguro que dicho proyecto sería bienvenido en zonas populares del Pueblo de Santa Fe, Iztapalapa, Xochimilco, Tlahuac y otros muchos barrios, en incluso en espacios como las Unidades habitacionales (construidas con el modelo contrario al barrial) como las Casas Geo o Demet. Las responsabilidades que se adquieren por parte de todos los actores involucrados en el remozamiento de las casas y espacios públicos, ayudaría a provocar en los barrios de nuestra ciudad el despertar de un sentimiento de identidad mejor cimentado, además de afirmar la unión que entre sus habitantes existe.
 
Fuente: 
  • http://ciudadilusoria.net/ revisado el 15 de septiembre de 2010 a las 11:30 hrs.

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