En las últimas entregas de este espacio virtual de reflexión y análisis hemos hablado de diferentes fenómenos sociales que se pueden identificar en la Ciudad de México y otras urbes del mundo. Algunos de estos son la construcción del otro mediante la diferenciación establecida a través del miedo y la estigmatización de los sujetos, la construcción del espacio simbólico como mío o tuyo, el aprovechamiento, por parte de proyectos comunitarios, de las estructuras previamente conformadas socialmente, entre otras.
Para finalizar esta serie de entregas haremos una reflexión, utilizando las herramientas teóricas planteadas anteriormente, de los fenómenos mostrados en los filmes La zona, Ciudad de Dios y Tropa de Élite. Los tres largometrajes con los cuales se tratará en esta ocasión muestran problemáticas reales, ninguno de ellos es “ciencia ficción”, muy por el contrario se basan en situaciones que las sociedades brasileñas viven o vivieron.
Los procesos sociales como el planteado en Ciudad de Dios nos ayudan a observar la situación por la cual pasó una capa considerable de jóvenes brasileños mismos que se desarrollaron en un entorno de violencia, desatención y escases de oportunidades productivas de desarrollo humano. ¿Es exclusivo para el caso de Brasil o esto puede suceder incluso en nuestro país? Diría yo que ya está sucediendo en la capital mexicana y otros estados de la república, la situación de marginación y exclusión a la que millones de jóvenes, conocidos en recientes tiempos como ninis, están sometidos, se presenta como un perfecto caldo de cultivo para observar hoy en día, pandillas juveniles que se incorporan con consecuencias funestas a dinámicas de violencia generalizada y difícil de detener.
Lo anterior se encuentra completamente ligado a la ya mencionada estigmatización y construcción social del miedo, mismo que provoca la permanente desconfianza de casi cualquiera. Lo anterior se puede mostrar en las miles de cerradas, privadas y unidades habitacionales que han incrementado sus medidas de seguridad (muy similar a lo mostrado en La zona) hasta el grado de reducir la interacción cotidiana con los vecinos, dejando de lado la resolución pacífica de conflictos cotidianos. Considero importante en ello la intervención de los medios de comunicación, mismos que presentan situaciones y actores muy bien identificados, introduciendo así ideas de una urgente necesidad de protección casi esquizofrénica.
Ante situaciones como las mencionadas anteriormente las instituciones estatales deben diseñar desde su interior políticas adecuadas para prevenir, y en medida de lo posible, revertir las dinámicas de “ghettificación”, violencia y delimitación espacial. En el caso brasileño “el paradigma de seguridad se ha transformado completamente”[1], ha dejado de lado la intervención predominantemente violenta en las diferentes comunidades conflictivas (favelas) para echar mano del contacto con los integrantes de los barrios, estrategia tendiente a reducir la distancia entre la autoridad gubernamental y la ciudadanía además de promover la ocupación juvenil y la educación en la participación.
La incorporación de especialistas en el estudio cercano de los fenómenos sociales tratados en este blog debe procurar el conocimiento cercano en medida de lo posible, si bien es cierto que podemos recurrir a cientos, quizá miles de ejemplares bibliográficos que hablen al respecto, nada será mejor para formular propuestas concretas de acción que el acercamiento (cauteloso por obvias razones) a las comunidades en cuestión.
Bibliografía.
- Plá R., La zona, México, 2007.
- Meirelles F., Ciudad de Dios, Brasil, 2002.
- Padilha J., Tropa de Elite, Brasil, 2007.
[1] En palabras expresadas en conferencia impartida por la dirección del Ministerio de Seguridad del Brasil.
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